Salud mental: cambiar los paradigmas de atención para cuidar mejor
En el día internacional de la salud mental, desde el Municipio se ponen en valor las nuevas estrategias de abordaje para una problemática en crecimiento.
En el marco por el día mundial de la salud mental que se celebra internacionalmente el 10 de octubre de cada año con el propósito de visibilizar y concientizar sobre la temática y de abordarla más profundamente, la Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Salud Pública, lleva adelante una serie de cambios destinados a reforzar la red de atención de salud mental en los hospitales generales, a partir de la incorporación de nuevas figuras en los equipos de trabajo y adecuación de espacios, respetando siempre las características edilicias y estructura de recursos humanos de cada efector.
Así, el Hospital Carrasco fue sumando a sus equipos acompañantes terapéuticos de sala y enfermeras transversales, que son parte de una serie de adaptaciones para la atención de los usuarios de salud mental. En el marco del servicio que presta con asistencia ambulatoria y área de internación, los cambios se pusieron en marcha con el objetivo de adecuar no sólo espacios, sino también procesos de atención frente a los cuadros de crisis subjetivas que buscan alcanzar a toda la red municipal de salud.
“Es un cambio de paradigma y, en el caso del Carrasco, logramos construir este dispositivo que es inédito y donde los acompañantes son parte del proceso con los pacientes, mientras que los enfermeros transversales asisten en las salas de internación y trabajan en diálogo continuo con psicólogos y psiquiatras”, explica Jésica Redondo, directora de Salud Mental de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad.
Las figuras, que técnicamente se denominan ‘tecnologías blandas’, buscan reforzar equipos. “No hay salud mental sin trabajadores que den un sostén a determinados procesos y en determinados dispositivos”, agrega la funcionaria. De hecho, en paralelo, en toda la red de salud se capacitaron en abordajes de padecimientos subjetivos a más de 250 operadora/es de la red municipal durante 2024 y 2025.
Los cambios en el edificio centenario fueron parte de un proceso que puso en marcha la Secretaría de Salud Pública de Rosario en un escenario de ascenso constante de la demanda y donde se busca profundizar las adecuaciones a la ley nacional de salud mental, tanto en las llamadas áreas de Cuidados Críticos como en el abordaje ambulatorio.
Ese camino se inició trabajando en comisiones con las direcciones y servicios de cada uno de los hospitales generales, como son el Carrasco, el Roque Sáenz Peña y el Alberdi, que permitió estos avances. Sin embargo, las experiencias difícilmente son exportables, por lo que el proceso de diálogo se replica en cada efector.
Demanda en ascenso
Sólo entre 2022 y 2023, las atenciones vinculadas a crisis subjetivas en centros de salud y en los hospitales crecieron un 30 por ciento. Las intervenciones se incrementaron de 23.826 a 31.001.
Para 2024, se atendieron más de 10.100 pacientes en los diferentes niveles de la red en más de 50 mil consultas que requirieron una inversión anual estimada de 748.494.000 pesos.
La inclusión a partir de 2024 de una unidad de costo específica en el presupuesto de la Secretaría de Salud para los abordajes en salud mental fue otro de los cambios y ese primer año se superó el 10% del total del presupuesto del área.
A la inversión anual en consultas se suma un promedio mensual de 40 millones de pesos en psicofármacos y otros 3.302 millones en unas 1.500 internaciones registradas, de las cuales el 26% se vinculó a consumos problemáticos.
La decisión de iniciar el refuerzo de la red en los hospitales generales tiene razones claras. “Son los que vienen sosteniendo las internacionales en salud mental, que son muchas”, dice la subdirectora de Salud Mental, Nadia Castallani. A modo de ejemplo, señala que un efector como el Carrasco puede llegar a tener 18 camas de un total de 40 plazas ocupadas por usuaria/os con cuadros subjetivos.
En 2024, los 1.449 egresos por causas en relación a la salud mental representaron el 4.5% del total de egresos en la red.
Entre las situaciones más frecuentes, la directora puntualiza consumos problemáticos, intentos de suicidio, desestabilizaciones subjetivas graves y ruptura de lazos que se producen con mucha agresividad, impulsividad y cuadros de excitación psicomotriz.
Y si bien señalan que se trata de una franja poblacional amplia de entre 20 y 60 años, remarca “la situación crítica de los adolescentes y jóvenes”.
“Decimos que es una población crítica, la adolescencia es una edad muy riesgosa, frágil y más cuando se suma la fragilidad de la función parental de los adultos y esos jóvenes quedan solos", detalla. Y amplía: “Muchos de esos adultos son los pacientes, los cuidadores de esos jóvenes, y allí es donde se requieren estrategias amplias y complejas”.
Internación y áreas críticas
El proceso de cambios en cada efector busca respetar en cada uno las características edilicias y estructura de recursos humanos, señala la subdirectora sobre el camino que recién se inició tras la salida de la pandemia de Covid 19 hacia la adecuación para internaciones en sala y áreas específicas de cuidados críticos.
Esos sectores tienen como modelo la Sala 5 del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, inaugurada en 2021 para alojar a pacientes y familiares que, por su criticidad, requieren mayor intensidad en el abordaje. “El Vilela es la ventana de lo que ya tiene forma y hacia lo que buscamos ir en los demás efectores, ya que todos los hospitales abordan situaciones de salud mental”, afirma Redondo.
Con la advertencia de que no se trata de construir “monovalentes dentro de los hospitales”, las funcionarias señalan la necesidad de que cada efector cuente con un área de cuidados intensivos, que incluye el retiro de vidrios y reemplazo por materiales irrompibles, así como de elementos cortopunzanes. Para eso, además, ya se avanzó en la compra de camas especiales y elementos de trabajo.
Otras modificaciones son procedimentales. “En cada hospital estamos en diferentes momentos de trabajo, pero en todos estamos avanzando”, dice Castallini y puntualiza la participación de todas las áreas involucradas.
“Implementar la ley también es ampliar consensos entre los trabajadores “, dice Redondo para concluir que el camino iniciado se trata justamente de “retrabajar sobre las prácticas muy arraigadas entre profesionales”.