25 de noviembre

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A puro ritmo y color: se viene una nueva edición de Carnavales

Como cada año, Rosario tendrá múltiples propuestas para disfrutar en familia, con fiestas y comparsas en todos los distritos. La historia del festejo ratifica su sólida tradición local.

La ciudad se prepara para recibir todo el ritmo y color de los Carnavales en su edición 2020. Del 14 de febrero y hasta el 1º de marzo habrá actividades para toda la familia en múltiples barrios. Desde recorridos históricos a los tradicionales desfiles de comparsas, las propuestas se multiplicarán para afianzar a Rosario como una ciudad con sólida tradición carnavalera.

Primero la historia y el bailongo

Las actividades de Carnavales se iniciarán el viernes 14 de febrero con una edición especial de Parque Explorado en el Rosedal, un recorrido para descubrir la historia del Carnaval rosarino alumbrados por linternas. Los antiguos bailes, disfraces y diversiones populares se mostrarán en imágenes de archivo que serán marco de juegos actorales teatralizados y participativos.

El recorrido terminará en el Museo de la Ciudad, donde tendrá lugar un Bailongo de Carnaval. Allí, los participantes se podrán disfrazar y maquillar con motivos carnavalescos de época, y divertirse con música de los años 60 en un entorno especialmente diseñado con objetos y mobiliario de la colección del Museo, evocando la época dorada de los carnavales rosarinos en el Parque de la Independencia. En el mismo espacio, la propuesta Retratos de Carnaval permitirá registrar la experiencia en una cabina fotográfica.

A modo de cierre actuará el Cuarteto de Cuerdas Rosario. También, música en long-play y una pista para bailar los temas más populares de la década. Estará disponible un servicio de buffet.

Además, ese mismo viernes iniciarán los festejos en los barrios con la participación de las comparsas Ebacoi y Percusión Oeste en el Carnaval del Polideportivo Cristalería. Durante todo el fin de semana continuarán las celebraciones.

La programación completa puede consultarse en rosario.gob.ar.

Convocatoria LGBTIQ

A partir de la creación de categorías más inclusivas, el área de Carnaval de la Secretaría de Cultura y Educación junto a las áreas de Diversidad Sexual de municipio y provincia, abrieron una convocatoria a toda la comunidad LGBTIQ para formar parte de las diferentes agrupaciones rosarinas para los festejos de este año.

La iniciativa buscó dar mayor visibilidad a las diversas expresiones sexuales y de género. Dicha convocatoria surgió gracias al trabajo anual del equipo de docentes del área de Carnaval, quienes advirtieron la necesidad de eliminar los criterios binarios para centrarlos en el desarrollo de la temática y se incluyeron menciones para rubros que antes no existían, como por ejemplo Drag Queen.

Esta convocatoria es única en el país, siendo Rosario quien marca tendencia nuevamente en materia de diversidad.

De las 12 comparsas que participan este año, 10 cuentan con integrantes de la comunidad LGBTIQ. Para el rol de Drag Queen se programaron seminarios de maquillaje y se espera con ansias el resultado de la mención a Mejor Drag Queen.

La cantidad de personas inscriptas varía de comparsa en comparsa pero se estima una incorporación de alrededor de 40 personas del colectivo que se suman a quienes que ya participaban de las formaciones desde años anteriores.

El Carnaval rosarino, una tradición histórica

Los primeros registros del Carnaval rosarino datan de las últimas décadas del siglo XIX, poco tiempo después de que Rosario fuera reconocida como ciudad. Existe archivo de los edictos policiales de la época que buscaban (sin éxito) contener las celebraciones de Carnaval a través de múltiples prohibiciones que eran sistemáticamente ignoradas.

Pero la época dorada de los carnavales rosarinos se ubica en la segunda mitad del XX. En la década del 60, bajo la intendencia de Luis Cándido Carballo, los Corsos Oficiales comenzaron a realizarse en el Parque de la Independencia con un éxito notable de convocatoria: de unas 400.000 personas a lo largo de toda la semana. Esto marcó uno de los primeros esfuerzos organizativos del Estado local, si bien anteriormente se había procurado delimitar horarios y recorrido del Corso sobre avenida Pellegrini.

La convocatoria para participar era abierta y registraba una notable diversidad. Desde carrozas lujosas a camiones de verdulería adornados con papel de diario, toda expresión era igualmente válida. La Municipalidad de Rosario se encargaba de armar los tradicionales mascarones o cabezudos, en cuyo diseño intervenía el notable artista plástico rosarino Alfredo Guido.

En esta época, el Corso comienza a ser encabezado por un entrañable personaje rosarino, el poeta Alfonso Aragón, quien recitaba versos de ocasión antes del comienzo del desfile. Por clamor popular y decisión oficial, Aragón fue denominado Rey del Carnaval y abrió las celebraciones durante treinta años.

Al margen de las actividades centrales que se congregaban en la zona centro, cada barrio conservaba sus propia impronta de Carnaval a partir de sus comparsas, murgas y bailes en los clubes u otras instituciones. Cada expresión era representativa de su territorio.

Los grandes clubes del Parque de la Independencia organizaban bailes típicos con mucho despliegue e inversión. Con un perfil más barrial, eran igualmente destacados los bailes del Club Atlético Olegario Víctor Andrade (Caova) en el Sur, del barrio Echesortu en el centro y de barrio Belgrano en el Oeste.

En 2003, la Municipalidad de Rosario comenzó a organizar algunas experiencias que habían resurgido en diferentes barrios por iniciativa de vecinos y vecinas, para dar respuesta a las demandas de volver a oficializar el Carnaval de la ciudad, que hoy tiene lugar cada febrero en el parque Scalabrini Ortiz.

Durante todo el año los grupos planifican, ensayan y arman los trajes para la próxima edición de la festividad. Desde la Municipalidad se ofrecen espacios gratuitos para acompañar esa preparación a través de seminarios intensivos de danza, maquillaje, confección de vestuarios y armado de carrozas y accesorios para todos los integrantes de las comparsas y público interesado, que favorecen un diseño integral del Carnaval.