24 de noviembre

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Barrios de Cara al Río: con el tradicional cruce, jóvenes del Norte cerraron otra temporada de integración

El proyecto de acercamiento al río realizó su quinto cruce del Paraná en kayak, dando por finalizado el ciclo de verano. Participaron jóvenes de centros de convivencia barriales del Norte.

Como cada verano, el proyecto Barrios de Cara al Río llenó de jóvenes las mañanas del Balneario La Florida. Se trata del programa socieducativo que busca acercar al ámbito ribereño a niñas, niños, adolescentes y jóvenes que asisten a los centros de convivencia barrial Rucci, Nuevo Alberdi, Travesía, La Esperanza y Los Cedros, en el distrito Norte. En este marco, el lunes 29 de de enero, alrededor de treinta jóvenes concretaron la travesía para la cual se habían estado preparando desde diciembre, acompañados de sus profesoras y profesores.

“Tomen agua antes de salir, hidrátense bien. Y disfruten mucho de esto”, se escuchaba decir a los docentes. Con un leve viento del noreste, que mantenía calmas las aguas del Paraná, las embarcaciones comenzaron el recorrido hacia la isla. Comandada por los más expertos, la flotilla recorrió la costa de La Florida casi hasta el puente Rosario-Victoria y, desde allí, aprovechando la corriente que los devolvía algunos metros río abajo, comenzó a cruzar el Paraná hasta el parador Bambú.

Una vez en la otra orilla, el grupo aprovechó para descansar, explorar el entorno isleño, compartir mates y galletitas y recibir una charla por parte de Gabo, uno de los educadores, acerca de la importancia del cuidado del medio ambiente de la isla y el río.

“Cuando uno empieza a querer la fauna y la flora, se da cuenta de muchas cosas y hace un trabajo para adentro de cada uno. La experiencia de este entorno te ayuda a cuestionarte un montón de cosas de la vida cotidiana. La vida es un constante aprendizaje y el camino que buscamos nosotros es el camino de lo lúdico: intentamos enseñar a través del juego", compartió el docente.

Lucas, Axel y Julián, del CCB Los Cedros, aseguraron haberla pasado “re bien” durante el cruce. “Estuvo linda la cruzada, es la primera vez que lo hacemos”, dijeron y destacaron como “muy importante para nosotros aprender a andar en kayak, cómo remar para no cansarnos y cómo hacer rescates, eso sirve mucho. Está lindo el río y la isla, y hay que cuidar la naturaleza”, contaron entre risas.

Pablo D'Orazio, coordinador de ese CCB e impulsor del proyecto desde sus orígenes, destacó a su vez: “Este es el quinto cruce en cuatro años. Es la culminación del ciclo de verano, que implica un conocimiento de la corriente, los vientos, el manejo de la embarcación. En la isla pueden apreciar otra flora, otra fauna, y pueden comparar y reflexionar en torno a las diferencias entre una costa y otra del río”.

Aquellos con menos experiencia que todavía no están en condiciones de realizar el cruce, también tendrán su jornada de navegación: el miércoles 31 de enero, entre las nueve y las once de la mañana, otro grupo de jóvenes realizará una travesía a lo largo de la costa rosarina, sin ingresar al canal. El broche definitivo de la temporada llegará el miércoles 7 de febrero, cuando se realice la típica entrega de diplomas a todas y todos los participantes de la iniciativa.

El proyecto

Desde diciembre y hasta febrero, alrededor de setenta chicas y chicos, de entre 10 y 16 años, llegan cada lunes y miércoles desde los CCB Rucci, Nuevo Alberdi, Travesía, La Esperanza y Los Cedros al popular balneario para hacer actividades deportivas y recreativas. Allí, divididos en tres grupos por edades (de 10 a 12, 13 y mayores de 14) practican natación y canotaje. Como ya es tradición, cada temporada cierra con el cruce del río en kayak por parte de los grupos experimentados.

Desde su creación en 2012, Barrios de Cara al Río se lleva adelante con la idea de transmitir a los jóvenes una mirada responsable e integral del uso del espacio costero y su disfrute. En el corazón del proyecto están los educadores de las áreas de Juventudes, Infancias y Familias, y Recreación y Deportes, pertenecientes a la Secretaría de Desarrollo Social, que entre finales de 2011 y principios de 2012 le dieron forma a la iniciativa.

D'Orazio, coordinador del CCB Los Cedros, rememora al inicio de una jornada los primeros pasos de la propuesta que lo cuenta entre sus promotores: "Surgió un poco del deseo de algunos educadores que estábamos vinculados a actividades en el río. Se fue constituyendo la propuestas entre varios, que venían con distintas experiencias y podían aportar diferentes miradas".

La búsqueda tenía que ver con poder acercar al entorno ribereño a niñas, niños, adolescentes y jóvenes con quienes trabajaban periódicamente en los CCB. "La idea era no solamente practicar una actividad física en el río sino también poder recuperar los valores culturales de su población, cuestiones de respeto al entorno y a las demás personas", agrega.

"Nosotros tenemos una población de jóvenes que, si bien es cercana porque somos todos de zona norte, no vienen todo el tiempo al río", suma Norma Anunziata, coordinadora del CCB Rucci. Precisamente, democratizar el acceso a la costa y a las actividades vinculadas es uno de los objetivos históricos del proyecto.

Cada lunes y miércoles, se repite la rutina. Los chicos y los educadores se encuentran en los CCB pasadas las ocho de la mañana y, después de desayunar todos juntos, los pasan a buscar para desembarcar definitivamente en La Florida a las nueve. Poco después, empieza la actividad que no tendrá freno hasta pasado el mediodía, cuando también se comparte un almuerzo colectivo.

Los tres grupos etarios van rotando por las distintas actividades a modo de estaciones. Los mayores de 14 arrancan en la clase de canotaje, pero por cuestiones climáticas (un impiadoso viento sur) ese día no se podrá navegar y tendrán que abocarse a practicar el autorrescate cerca de la costa. Allí, Marina, de 13 años, cuenta que está "muy contenta" con la experiencia. Es su primer año participando del proyecto, después de asistir a varios talleres en el CCB La Esperanza. "Al principio me costaba pero después le agarré la mano. Está buenísimo venir al río", agrega, recién salida del agua y ansiosa por volver.

"Con el tema del canotaje trabajamos especialmente en las cuestiones de la seguridad, respecto a los elementos necesarios, a las formas, a conocer el entorno, el manejo del lenguaje náutico y a confiar: por qué tomamos determinadas medidas de seguridad, por qué tratamos de no contaminar, en la búsqueda de que todo sea más saludable, que ellos puedan tener esa experiencia y crecer”, explicó Gabo.

La clase de natación, a cargo de la educadora Cintia y varios profes, se divide en principiantes, intermedios y avanzados. La misma se desarrolla íntegramente dentro del espacio de boyado seguro del balneario, con una correspondiente entrada en calor previa.

La instancia de recreación es la que más variedad ofrece, ya que cada jornada propone algo diferente. A veces tiene que ver con la práctica de deportes tradicionales como partidos de fútbol de playa, tenis fútbol o vóley. En otras ocasiones, hay confección de pulseras y bijouterie, o clases de distintos ritmos como capoeira (simpre a cargo del profe Rulo). En esta oportunidad, es algo más que especial: está en marcha una clase de cocina rústica y el menú son tortas fritas con formas alusivas al río y la naturaleza.

Con gorros y delantales incluidos, chicas y chicos amasan y le dan forma de moncholo o de kayak a las tortas fritas que más tarde disfrutarán en grupo. Las tareas están supervisadas por Rita y La Gringa, cocineras de los CCB que desde el principio trabajan junto al proyecto.

Amalia Fragapane, educadora de la Dirección de Juventudes en el CCB La Esperanza, propone una tarea en paralelo que entusiasma particularmente a los más extrovertidos: generar una cobertura periodística de la actividad. Inmediatamente, varios adolescentes se ofrecen para oficiar de noteros, camarógrafos y sonidistas del registro de su propio trabajo.

El verano no es el fin

Pero la cosa no termina con la temporada estival. Durante el año, los encuentros continúan, sólo que un poco más lejos de la costa. Todos los lunes, chicas y chicos practican natación en un club de zona norte a partir de un convenio firmado con la Municipalidad: en 2017, el elegido fue el Club Atlético Sparta (Maciel 1235).

En la segunda jornada, se trabajan en los propios CCB cuestiones más teóricas referidas al medio ambiente, y siempre tomando como eje algún tema relacionado al río y su entorno natural. De forma complementaria, se proyectan visitas a lugares de interés como el Bosque de los Constituyentes y al Museo Gallardo de Ciencias Naturales. "Son diferentes propuestas que giran en torno a las temáticas que se van trabajando en el año y que siempre están relacionadas con la vida en la naturaleza, cuestiones ambientales que tienen que ver con el río", remarcó D'Orazio.

Rápidamente, Anunziata refuerza: "Si bien esos son los ejes principales, también aparecen otras cuestiones. El viernes, el Área de Diversidad nos va a dar primero a nosotros un taller sobre diversidad y después va a trabajar con los chicos. Otro de los ejes que trabajamos tiene que ver con el cuidado del cuerpo y de la salud, y para eso recurrimos a las áreas competentes. El eje siempre es educativo".

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