27 de noviembre

Convivencia

Educación
Desarrollo social

Agentes de la Guardia Urbana Municipal extienden sus talleres de convivencia a las colonias municipales

A través de juegos, se abordan temáticas ligadas al respeto, la tolerancia y la responsabilidad en el espacio público. En lo que va del verano, la iniciativa ya alcanzó a 300 chicas y chicos.

Alrededor de 300 niñas, niños y adolescentes que asisten a las colonias municipales de verano participaron, en lo que va del año, de los denominados Talleres de Convivencia desarrollados por la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, a través de la Guardia Urbana Municipal (GUM). Bajo la premisa de que la convivencia se aprende y la cultura ciudadana de respeto entre las personas y hacia las leyes se construye, los agentes ofrecen juegos y diversas alternativas lúdicas para que los más chicos se eduquen y sean instrumentos de divulgación entre los adultos. 

Los Talleres de Convivencia, actualmente, tienen lugar en los polideportivos de todos los distritos municipales. Desde enero pasado, unos 300 niños y adolescentes que se recrean estos espacios municipales fueron incluidos en esta iniciativa de la GUM. En tanto, durante 2018, la iniciativa tuvo lugar en escuelas públicas y privadas de Rosario, tanto en el nivel primario como en secundario.

“Tras la experiencia sumamente satisfactoria en las escuelas durante 2018, decidimos replicar los talleres en las colonias a través de videos, juegos en equipos y consignas que interpelan acerca de cómo somos y cómo debemos comportarnos en las piletas y de cómo replicamos el respeto al otro, la amabilidad y la consideración hacia los demás en casa y en los espacios que compartimos como sociedad”, explicó el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Guillermo Turrin.

Los agentes permanecen una hora y media con las chicas y los chicos, lapso en el que proponen juegos e intercambios de palabras y distintos desafíos para desarrollar juntos y les brindan conocimientos acerca de las acciones preventivas que realiza la GUM en la sociedad, al tiempo que se los sensibiliza en la necesidad de que repliquen estas cuestiones vinculadas a la ciudadanía:

“Los niños y los jóvenes son excelentes transmisores. La idea es que aprendan que se puede convivir si cumplimos las normas, si nos interesamos en los demás y valoramos sus derechos tanto como los propios. Creemos en la educación en la convivencia”, remarcó el funcionario. 

Por su parte, la directora de la GUM, Fabiana Bergia, consideró: “La empatía con el otro se incorpora desde todos los espacios de educación, por eso agradecemos y valoramos el lugar que nos brindan tanto las escuelas como, en este momento, todos los polideportivos municipales para llegar a los más chicos y, jugando, llevar pautas de convivencia fundadas en el respeto y la consideración por el otro”. 

Los talleres se incorporaron a las actividades anuales del área en 2018 y en primer lugar se ejecutaron en escuelas públicas y privadas de la ciudad, alcanzando a unos 1.000 alumnas y alumnos. Las prácticas en el ámbito primario abarcan a chicas y chicos de entre 10 y 12 años. En tanto, los espacios llevados adelante en los cursos superiores del nivel secundario plantean un ida y vuelta con los jóvenes en relación a sus consumos y estereotipos sociales y cómo estas construcciones se confrontan con la realidad de sus vidas. En este marco, se abordan las problemáticas de tránsito, focalizándose en los peligros reales que conlleva el incumplimiento de las leyes. Además, se aborda la problemática de la violencia de género y las adicciones. 

“Los chicos se involucran en la construcción de mejores condiciones de vida, aprenden que los lazos que tejen mutuamente se replican en sus hogares y en la ciudad, que entre todos le podemos dar una forma más amable y habitable al espacio que tenemos en común”, expresó Turrin.

En tanto, Bergia sostuvo que “generar conciencia ciudadana desde estos espacios nos motiva a pensar que estos chicos serán mejores ciudadanos, con conciencia en el valor de lo colectivo y lo público", y agregó: "El respeto por las normas, desde el cumplimiento por convicción, garantiza un mejor lugar para vivir”.