28 de marzo

DDHH

Una calle de Rosario lleva el nombre de la docente desaparecida Graciela Lo Tufo

La intendenta Mónica Fein participó del acto realizado en la zona norte, en el que se rindió homenaje a la educadora secuestrada durante la última dictadura cívico militar.

Este martes 11 de septiembre, día del maestro y la maestra, la intendenta Mónica Fein participó del acto de imposición del nombre Graciela Lo Tufo a una calle del barrio Casiano Casas, en homenaje a la docente secuestrada y desaparecida durante la última dictadura cívico militar.

Fein, acompañada por el secretario general del gremio Sadop Rosario, Martín Lucero, las hermanas de la docente y varios concejales de la ciudad, llevaron adelante el acto por el cual a partir de hoy, la Calle 1345 (ubicada a la altura de avenida Casiano Casas al 2200), pasó a llamarse Graciela Lo Tufo. La ordenanza que promovió la asignación del nombre de la docente a una calle de la ciudad fue presentada por Sadop Rosario y aprobada por el Concejo Municipal.

“Es una iniciativa que comenzó Sadop y que fue apoyada por unanimidad en el Concejo. Es un orgullo para nosotros que esta calle a partir de hoy se llame Graciela Lo Tufo, una luchadora como docente y una iniciadora de la organización de los docentes privados. Creo que el mejor homenaje es el compromiso con la educación y que la memoria esté presente en una calle de la ciudad”, señaló Fein.

Desde Sadop señalaron que quienes se han ocupado de reconstruir la historia de la docente rosarina coinciden en que "la alegría y el optimismo" eran las cualidades que la distinguían siempre. También la convicción de que había que unificar la lucha de los docentes de escuelas públicas y privadas. Con esa meta y junto a otros maestros formaron la Asociación de Educadores de Enseñanza Privada (Aeedep), de la cual ella fue secretaria gremial.

En este sentido, Lucero expresó: “Es una forma de poner en valor la vida y el trabajo de Graciela, la militancia por la defensa de los derechos de las y los docentes. Es también poner en valor la verdad, la memoria y la justicia que sostenemos desde el Sindicato y que se sostiene de distintos sectores. Además, poner en referencia para todas las personas que vienen atrás la historia, el compromiso y la militancia de Graciela”.

Graciela Lo Tufo fue secuestrada y desaparecida el 14 de abril de 1977. Tenía 26 años y fue sacada de su casa, ubicada a pocos metros del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército (Córdoba y Moreno), hoy sede del Museo de la Memoria.

Marina y Beatriz, hermanas de Graciela, también estuvieron presentes, recordando con emoción a su hermana, quien como docente siempre se preocupó por sus compañeras. 

Finalmente, el concejal Eduardo Toniolli, quien presentó la ordenanza en el Concejo, mencionó: “Este evento es de gran importancia, porque se trata del reconocimiento de una ciudad a través de sus instituciones, tanto del Concejo y del Ejecutivo Municipal, a Graciela Lo Tufo quien en vida fuera una de las fundadoras del antecedente inmediato de Sadop y de la herramienta gremial de los trabajadores y las trabajadoras de la educación de gestión privada".

"La cantidad de personas presentes en el acto muestran que Graciela dejó una huella tanto en la institución educativa de la que fue parte como en el ámbito gremial y de militancia, creo que es el mejor homenaje que le podemos hacer y sobre todo en momentos difíciles de la educación en todos sus niveles”, terminó diciendo.

Según recordaron sus compañeras de entonces, movida por defender los derechos del magisterio, Graciela también asistía a las reuniones que se hacían en la Casa del Maestro. En ese espacio, ubicado en pleno centro de la ciudad (Laprida 1423), participaba con otros docentes del sector privado y público de la enseñanza del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Rosario (Sinter).

También integró el grupo Contenidos dedicado a la discusión teórica de lo que se enseñaba y aprendía por entonces. Debates que se apoyaban en la pedagogía de la liberación.

Cabe destacar que en 2016, a 40 años del último golpe cívico militar, en un emotivo homenaje en el Colegio Nuestra Señora de la Asunción, de San Martín 1771, donde ella daba clases, se colocó una placa recordando a la docente desaparecida y su lucha inclaudicable.